En ITeMCA solemos utilizar cuentos, parábolas y metáforas como una estrategia para despertar la imaginación y potenciar el lado creativo que todos tenemos.

Los cuentos no son sólo para niños, pueden ser leídos por todos e interpretados de infinitas maneras. Nos hacen reflexionar, aprender, imaginar, sorprendernos, asumir nuevas actitudes y propiciar cambios en cada uno de nosotros. En fin, son múltiples los beneficios de los cuentos y por eso te traemos una sección especial de cuentos en nuestro blog llamada “Metáforas del Alma” para que, junto a nosotros, te motives a adentrarte en este maravilloso mundo donde la imaginación, la reflexión y la creatividad no tienen límites ¿Nos acompañas?





Aquí te dejamos el primero de muchos…


“El maestro sufí contaba siempre una parábola al finalizar cada clase,
pero los alumnos no siempre entendían su sentido…
-Maestro -lo encaró uno de ellos una tarde-. Tú nos cuentas los cuentos, pero no nos explicas su significado…
-Pido perdón por eso -Se disculpó el maestro-. Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno.
-Gracias maestro -respondió halagado el discípulo-.
-Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo ¿Me permites?
-Sí. Muchas gracias -dijo el alumno-.
-¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano el cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo…?
-Me encantaría, …pero no quisiera abusar de su hospitalidad, maestro…
-No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo complacerte…
Permítete también que te lo mastique antes de dártelo…
-No maestro. ¡No me gustaría que hiciera eso! -Se quejó sorprendido el discípulo-.
El maestro hizo una pausa y dijo:
-Si yo les explicara el sentido de cada cuento… sería como darles a comer una fruta masticada.
De la sabiduría sufí