Había una vez un hombre muy rico, que dedicaba su vida a viajar
por todo el mundo en busca de aventuras. Tras pasar un extenso desierto en el
que le fue imposible encontrar una miserable gota de agua, hizo su entrada en
un pueblo lleno de exuberante vegetación, que se alineaba entorno a un pozo.
Ansioso por saciar su enorme sed, se encaminó hacia el pozo todo
tan rápidamente como sus piernas se lo permitieron. Al llegar al brocal,
descubrió con enorme tristeza, que nada había para permitirle sacar agua del
pozo. Minutos después de su hallazgo, una mujer con un gran cántaro en la
cadera se aproximó hasta el pozo.
-La paz sea contigo forastero
-Contigo sea mujer.
Después de los saludos de rigor, la mujer ató el cántaro a la
cuerda que colgaba del arco del pozo y comenzó a bajarlo muy despacio hasta
alcanzar el agua. Cuando este estuvo sumergido en el líquido elemento, la mujer
empezó a tirar de la cuerda para sacar el cántaro a la superficie.
Mientras ella estaba entretenida en esta labor, el viajero se
entretuvo en contarle todas sus andanzas a lo largo y ancho del mundo. Con un
último esfuerzo, la mujer sacó el cántaro del pozo, lo desató de la cuerda y se
lo volvió a colocar en la cadera.
-Gracias por hacerme la tarea más entretenida. Que Dios guíe vuestros pasos –dijo la mujer mientras se alejaba-.
Allí se quedó el rico viajero, esperando a que el buen Dios se
apiadara de él y le suministrara de algo con lo que alcanzar el fondo del pozo…
Reflexión
Para
lograr los objetivos no basta con pedir al Universo o esperar que otros nos
ayuden está en nuestras manos ejecutar las acciones correspondientes para logar
lo que queremos.
1.- ¿Qué acciones puedes emprender hoy para lograr tus objetivos?
2.- ¿Cómo crees que cambiaría tu vida si, en vez de quedarte sentado
esperando que suceda lo que quieres, tomaras la iniciativa y te pusieras en
camino para lograr tus objetivos?
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