Evita, en la medida que puedas, la compañía de personas negativas: estas que se lamentan todo el día de su ‘mala suerte’ y de lo injusto que es el mundo. Acércate a las personas de naturaleza alegre. La felicidad, como la gripe, es altamente contagiosa.

“Los más felices parecen ser aquellos que  no tienen razón especial para serlo. Sencillamente, son así”
-William Inge-

No sé si lo has sentido, pero al estar rodeado de personas tóxicas y negativas, comúnmente se siente una pesada carga y energía, es cómo si una nube gris estuviera sobre ellos y simplemente nublara la vista de todo aquel que le rodee; termina por succionar tu energía, tu motivación y entusiasmo y eventualmente te convierte en ese tipo de persona. Mientras que aquellas que se muestran alegres, emprendedoras y optimistas hacia el futuro, terminan por animarnos a nosotros también.

Cuando estamos emprendiendo proyectos personales, intentando alcanzar algún objetivo es mucho menos conveniente estar rodeado de personas pesimistas que siempre estén criticando lo que haces y piensen que no lo vas a lograr, que es demasiado descabellado.
Rodéate de personas que al igual que tú, tengan sueños, motivaciones, esperanzas y una visión más positiva de sus vidas y del futuro.